La lucha por el Socialismo en América Latina

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1976: caída de dirigentes del PRT-ERP

1979: triunfo de la Revolución Sandinista

19 de julio: homenaje y rescate de dos revoluciones inconclusas

La ironía de la historia hizo coincidir que en una misma fecha, el 19 de julio, con apenas tres años de diferencia, ocurrieran dos acontecimientos memorables: en 1976, en Argentina, ya implantada la dictadura terrorista y contrarrevolucionaria, caían  tres miembros de la dirección del Partido Revolucionario de los Trabajadores y del Ejército Revolucionario del Pueblo: Mario Roberto Santucho y Benito Jorge Urteaga muertos en combate, y Domingo Menna, capturado vivo y llevado al campo de concentración de Campo de Mayo donde honró su vida y la de sus miles de compañeros emulando a héroes de la revolución mundial como el checoslovaco Julius Fucik en las mazmorras nazis; en meses de tortura, los criminales no le arrancaron más que su repudio reiterado. También fueron capturados vivos Liliana Delfino (compañera de Santucho), Anny Lanzillotto (compañera de Menna y embarazada) y Fernando Gertel. Todos tuvieron la misma conducta. El PRT funado en 1965 fue una creación marxista y leninista que abrazó el ideario del pensamiento del Che, llevando a su máxima expresión histórica el desafío de luchar en Argentina por su lema acuñado en su periódico El Combatiente: por la Revolución Obrera Latinomaericana y Socialista. Organización internacionalista, promovió también la mayor expresión en ese terreno, fundando en la década del 70 la Junta de Coordinación Revolucionaria junto al Movimiento de Izquierda Revolucionaria de Chile, al Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros de Uruguay y al Ejército de Liberación Nacional-Partido Revolucionario de los Trabajadores de Bolivia.

Si en el Cono Sur 1976 se agotaba el ciclo del auge de masas iniciado desde el cordobazo y el rosariazo de 1969, en América Central germinaban las semillas revolucionarias, a pesar que el 8 de noviembre de ese año, caía en combate en las montañas de Nicaragua, el Comandante Carlos Fonseca, fundador del Frente Sandinista de Liberación Nacional, convertido así en el tayacán vencedor de la muerte. El FSLN se puso al frente de las luchas de su pueblo que cobraron auge a partir de octubre de 1977, incrementó su actividad insurgente en todos los terrenos. Y en abril de 1979, alcanza una nueva y superadora unidad tras un período de divisiones internas, lanzando la Ofensiva Final, que tuvo sus momentos culminantes en la insurrección de Managua, el repliegue a Masaya y, por fin, la derrota militar completa de la dictadura somocista sostenida hasta último minuto por el imperialismo yanqui y la propia dictadura de Argentina. El 19 de julio de 1979 se concretaba la conquista del poder y el inicio de la Revolución Sandinista. Los hijos de Sandino, que ya había derrotado a los invasores yanquis en la guerra entre 1927 y 1933 y que fuera asesinado por la traición libreral-nacionalista-conservadora en 1934, empezaban la desafiante tarea de emancipar a Nicaragua Libre de la opresión imperialista y revolucionar el sistema de explotación capitalista.

Desde el inicio, la Revolución Sandinista fue agredida política, económica, diplomática y militarmente, en una larga guerra de agresión que aunque concluyó con la victoria armada sobre la contrarrevolución, desangró, desgastó y hundió al país hasta que el FSLN agotó, tras 11 años, sus energías revolucionarias. El triunfo sandinista en 1979 abrió una nueva situación revolucionaria en Centroamérica, dando renovadas energías a las luchas revolucionarias en El Salvador y Guatemala. La intervención armada imperialista logró detener aquel auge y tras la derrota política electoral del FSLN en Nicaragua en 1990 se revirtieron las conquistas sociales. Pero la huella histórica que dejó la revolución interrumpida sigue siendo un ejemplo y una enseñanza que hoy rescatamos. Entre tantas nuevas experiencias, la Revolución Sandinista incorporó la participación de combatientes internacionalistas en su lucha guerrillera e insurreccional y en las tareas de transformación social. Destacamos entre ellos, a dos caídos en combate: al compañero argentino José Ramón Morales  militante de las FAL que había logrado huir de un campo de concentración de la dictadura en 1976 y en 1979 antes del triunfo, cayó combatiendo en el Frente Sur del FSLN, y al Capitán Santiago, Hugo Alfredo Irurzún, militante del PRT-ERP caído durante el ajusticiamiento del dictador Somoza prófugo en Paraguay en 1980.  A todos ellos, héroes de dos revoluciones, hoy les rendimos homenaje, retomando las banderas de sus luchas antimperialistas y socialistas.

Organizan:

Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR)

Juventud Guevarista

Un Solo Grito-TER

Gallo Rojo

Revista Sudestada

Corriente Universitaria Plan B

A 30 años del triunfo SANDINISTA

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* El 19 de julio de 1979 las fuerzas insurgentes del Frente Sandinista de Liberación Nacional se alzaban con la conquista del poder político en Nicaragua, el más grande y menos poblado de los países de Centroamérica, derrocando una tiranía de medio siglo. Anastacio Somoza Debayle, el último dictador de la dinastía impuesta por la intervención norteamericana en la guerra civil entre liberales y conservadores de 1926-33, había huido dos días antes. El FSLN,  fue fundado en 1961 por un puñado de militantes entre los cuales se encontraba Santos López, un veterano sobreviviente del Ejército Defensor de la Soberanía Nacional que había organizado Augusto C. Sandino en la década del 20 y que había derrotado la invasión yanqui. Era el pequeño ejército loco según lo describió el historiador argentino Gregorio Selser, que rescató la epopeya del silencio impuesto tras el asesinato de Sandino en 1934 en una emboscada de la traición liberal. La dictadura instalada por los marines invasores con el jefe de la Guardia Nacional Anastacio Somoza García, fue impuesta para garantizar la dominación imperialista en el istmo centroamericano, los intereses de una oligarquía rapaz y su objetivo (nunca concretado) de hacer en el sur de Nicaragua el “segundo canal de Panamá”. El primero de los Somoza fue ajusticiado en 1956 en una acción individual del poeta Rigoberto López Pérez, caído en la acción, el principio del fin de la tiranía según la memoria histórica sandinista.

*Los fundadores del FSLN habían desarrollado distintas militancias antidictatoriales, incluyendo frustradas experiencias guerrilleras; en extrema inferioridad frente a semejante dictadura, se dispusieron a crear una organización revolucionaria de nuevo tipo, política y militar, asumiendo una perspectiva estratégica para lograr la liberación nacional y la emancipación social. Carlos Fonseca –el tayacán vencedor de la muerte según le cantó años después el cantautor y militante sandinista Carlos Mejía Godoy- fue el más destacado de aquellos precursores. Luchador infatigable, estudioso de la historia nacional y universal, político revolucionario innovador, analista inteligente, resumió en extensos escritos sobre la realidad contemporánea la estrategia y el programa del FSLN. Herido en el combate de El Chaparral en 1959, capturado y encarcelado muchísimas veces, fue el forjador de la nueva organización. En una proclama leída por él en 1969 enunció los puntos del “Programa de la Revolución Popular Sandinista:1. Combate popular guerrillero; 2.Poder Popular; 3.Plan especial para la Costa Atlántica y región en máximo abandono; 4.Tierra para los campesinos; 5.No más explotación y miseria; 6. Emancipación de la mujer; 7. Honestidad administrativa; 8. Ejército patriótico popular; 9. Revolución en la cultura y la enseñanza; 10. Respeto a las creencias religiosas; 11. Política exterior independiente; 12. Abolición del tratado Bryan-Chamorro, 13. Unidad popular centroamericana, 14; Solidaridad con los pueblos; 15. Veneración hacia los mártires”.

Y en una frase sintetizó: “La reivindicación socialista y la emancipación nacional, se conjugan en la Revolución Popular Sandinista. Nos identificamos con el socialismo, sin carecer de un enfoque crítico ante las experiencias socialistas”.

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*En aquel 1969, la Revolución Cubana a la que Fonseca y los sandinistas estaban estrechamente ligados, llevaba una década; hacían apenas dos años que había caído el Che en Bolivia, fallecía Ho Chi Minh en plena resistencia vietnamita a la agresión imperialista y en Argentina, a partir del cordobazo y el rosariazo, se iniciaba el auge del movimiento obrero, germinaban el sindicalismo clasista y las organizaciones insurgentes.

*Nicaragua, el 15 de septiembre de 1821, había pasado a convertirse junto con los demás componentes de Centroamérica, en un Federación independiente. En 1923 una rebelión popular armada resiste al anexionismo mexicano. En 1928, el héroe hondureño Francisco Morazán intenta nuevamente unificar en un solo estado a las provincias centroamericanas. En 1837 el colonialismo francés explora la posibilidad de realizar un canal interoceánico. En 1938 Nicaragua se separa de la federación y se promulga la Constitución política del país. En 1841 se consolida el dominio colonial inglés sobre la Costa Atlántica. En 1853 estalla una guerra civil. Entre 1855 y 1877 se produce la invasión norteamericana al mando del filibustero Willliam Walker y una guerra patriótica contra la intervención. En 1893 es expulsado el dominio inglés en la Costa oriental y se inicia un proceso de reformas liberales. En 1907 el imperialismo yanqui se decide por Panamá para instalar la vía interoceánica. En 1909 EE.UU. patrocina una nueva intervención. El gobierno de Nicaragua ejecuta dos mercenarios yanquis y es desplazado el presidente liberal José Zelaya. En 1910 otro desembarco norteamericano y el gobierno pasa a manos del Partido Conservador proyanqui. En 1912 cae el héroe popular Benjamín Zeledón ante la fusilería yanqui y su trágico fin queda grabado en la memoria del jovencito Sandino. En 1914 se firma el tratado Chamorro-Bryan por el cual el gobernante lacayo compromete la soberanía del país. En 1926 estalla una nueva guerra civil entre el gobierno conservador y las tropas yanquis por un lado, contra los liberales representantes de la incipiente burguesía local. En 1927 triunfan los liberales al frente de la resistencia popular e inmediatamente traicionan, haciendo un acuerdo con los invasores (el pacto del Espino Negro entre el jefe liberal José Moncada y el yanqui Henry Stimson, enviado el presidente de EEUU). Ese mismo día, el 4 de mayo de 1927, Augusto C. Sandino, ya devenido en líder popular y patriota, se rebela y proclama: “¡Yo quiero Patria Libre o Morir!”.Y se alza en armas al frente de un ejército de campesinos y obreros. Entre 1927 y 1933, se producen sucesivas farsas electorales con acuerdos entre liberales y conservadores, mientras se libra la guerra contra el invasor; se enanca en la jefatura militar Anastacio Somoza y sigue la guerra hasta la derrota de los invasores yanquis a manos del Ejército de Sandino. En 1934, Sandino acepta asistir a negociaciones con las camarillas liberal-conservadoras y Somoza, por instrucciones del embajador de EE.UU. Arthur Bliss, monta una emboscada y lo asesina. En 1936 Somoza desplaza al presidente Sacasa con un golpe y en 1937 queda consagrado como presidente tras una nueva farsa electoral.

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* Carlos Fonseca, en su ensayo Sandino, guerrillero proletario, lo rescata así: “…en el manifiesto de El Mineral, suscrito desde el mineral de San Albino, a la par que muestra su patriotismo, expresa su sentimiento clasista contra los oligarcas criollos y los invasores yanquis, y destaca su preocupación por los oprimidos”. Sandino, de origen campesino, había emigrado a México donde fue obrero en la Huasteca Petroleum Co. Conoció la experiencia del sindicalismo clasista y revolucionario mexicano. Cuando la invasión yanqui, simpatizó inicialmente con los liberales a los que se sumó, hasta su traición. Enarboló su bandera clasista y antimperialista rojinegro, tomando los colores de las luchas obreras mexicanas. En su Estado Mayor, participaron el dominicano Gregorio Urbano Gilbert y el comunista salvadoreño Agustín Farabundo Martí. El estandarte rojo y negro fue rescatado por los fundadores del FSLN junto a su plataforma. Así, el sandinismo de los 60 se erigió en la continuidad histórica (interrumpida) de la lucha revolucionaria.

Las dificultades del FSLN en esa lucha fueron muchísimas frente a una dictadura que desató durante décadas un implacable terrorismo. En 1961, Nicaragua fue punto de partida desde Puerto Cabezas para las fuerzas mercenarias gusanas que llegaron a invadir Cuba y fueron derrotadas en Playa Girón. La economía cafetalera, azucarera, bananera, algodonera (desarrollada  con fuerza en los 50 por necesidad de la guerra de Corea), ganadera y mineral, era de total dependencia de la norteamericana. La reducida burguesía local prosperó al amparo de esa dictadura, aún cuando algunas de sus fracciones discrepaban con los Somoza. El FSLN tenía claro el significado de las luchas interburguesas.

“Por mucho que lo pretenda disimular el sector capitalista (conservador), de la oposición, se ha hecho notoria su ubicación en la misma trinchera de los verdugos….El cinismo y la hipocresía de Pedro J. Chamorro son compartidos por los falsos defensores del pueblo, como Fernando Agüero, Ramiro Sacasa, Francisco Laínes Montenegro. Se ha llegado al extremo de absolver los crímenes de la Guardia nacional. Es evidente que los politiqueros traman un siniestro engaño al pueblo. ¡Alerta pueblo! El Nerón de Tiscapa Anastacio Somoza Debayle, no debe ser sustituído por un nuevo Nerón. Después de Nerón Somoza, la Revolución Popular Sandinista. Tal es la aspiración del movimiento guerrillero nicaragüense que en repetidas jornadas ha empuñado el fusil inspirado por el ideal justiciero de Carlos Marx, Augusto César Sandino y Ernesto Che Guevara, ideal de liberación nacional y socialismo, ideal de soberanía, tierra y trabajo, ideal de justicia y libertad” (C. Fonseca, ante la masacre de los militantes Julio Buitrago, Marco Rivera, Aníbal Castrillo y Alesio Blandón, 15/08/69).

*Nacido y forjado en la clandestinidad forzosa, el FSLN desplegó numerosas experiencias guerrilleras rurales y urbanas, algunas exitosas, otras derrotadas. Desde el inició hizo trabajo político y reivindicativo en frentes campesinos, estudiantiles y obreros, casi siempre en la ilegalidad. Cuando pudo, intervino enmascaradamente en luchas legales.

“Muchas veces la lucha de masas en las aulas y en las calles no representa los mismos peligros que el combate en las trincheras con las armas en la mano… dentro de nuestra estrategia, las masas populares sin fusil son derrotadas, así como derrotado es el fusil sin masas. El camino de la victoria tiene que ser un fortalecimiento paralelo de lucha de masas y lucha de fusil. No se trata de organizar primeramente a las masas y postergar la lucha armada. Planteamos una aproximación en el tiempo, lo más breve posible, de la lucha armada y lograr que lucha de masas y lucha armada sigan un curso dialéctico”. (C. Fonseca, Mensaje del FSLN a los estudiantes revolucionarios, abril 1968).

La claridad estratégica puede verse en este análisis: “Existe el peligro de que la insurrección armada no signifique necesariamente una revolución, una transformación del sistema social que prevalece en el país. Por lo tanto, estamos en la obligación de imprimirle a la insurrección nicaragüense un hondo contenido revolucionario, de radical cambio social. En la historia contemporánea por la liberación nacional, se han dado casos en que las insurrecciones han resultado victoriosas pero no se han establecido sistemas revolucionarios, no ha triunfado la revolución proletaria” (del mismo Mensaje…1968).

El terremoto que destruyó Managua en 1972 al costo de 10 mil vidas, dejó además de la desolación y la tragedia popular, una profunda crisis del régimen. Pero las dificultades en la lucha fueron muchísimas. El FSLN sufrió como muchos movimientos revolucionarios crisis y esiciones. Así, tiempo después, por discrepancias en las tácticas, y las modalidades de lucha, se dividió en tres tendencias: el FSLN-Guerra Popular Prolongada, el FSLN-Proletario y el FSLN-Insurreccional (conocido como “terceristas”). A pesar de las serias divergencias que llevaron a que cada tendencia funcionase mucho tiempo como un partido separado del otro, las tres tendencias mantuvieron una misma lectura de la historia y la sociedad nicaragüense que, a la postre, facilitaría la reunificación. En medio de esas circunstancias, Carlos Fonseca cae combatiendo en las montañas del norte el 8 de noviembre de 1976.

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*A partir de octubre de 1977 se produce un nuevo auge de masas. Se inicia un período de insurrecciones parciales. En febrero de 1978, la dictadura asesina al opositor conservador Pedro J. Chamorro. El crimen aviva el odio antidictatorial y fractura aún más a la oligarquía dominante. El 22 de agosto de 1978 el FSLN asalta el Palacio Nacional y su prestigio popular e internacional lo coloca definitivamente como vanguardia reconocida por las masas. Se abre una situación revolucionaria. El FSLN inicia su reunificación que se concreta en abril de 1979 formando una nueva Dirección Nacional integrada por tres miembros de cada tendencia. El FSLN gesta una alianza revolucionaria con otros sectores en el Movimiento Pueblo Unido y una más amplia aún, creando un Gobierno de Reconstrucción Nacional alternativo a la dictadura, como expresión política del doble poder ya establecido. Se consolidan los frentes guerrilleros Norte, Noroccidental, Sur e Interno. A ellos se suman combatientes internacionalistas de casi toda Nuestra América y Europa en un proceso que recuerda a las Brigadas Internacionales durante la guerra civil de España (1936-39). El 4 de mayo se lanza la Ofensiva Final y se desencadena la insurrección en Managua desde  las barricadas de los barrios orientales. Al mando del Comandante Carlos Núñez se libra el anteúltimo combate. Ante la imposibilidad de derribar la dictadura por la magnitud de los bombardeos sobre ciudad abierta, el FSLN inaugura una modalidad inédita en una lucha insurreccional: organiza un masivo repliegue a Masaya (30 km. al sureste de Managua) que desorganiza militarmente a la dictadura, además aislada internacionalmente, a pesar del apoyo militar de la dictadura argentina y de los ejércitos de EE. UU. e Israel. El gobierno norteamericano de James Carter no puede invadir el país insurrecto. El 19 de julio de 1979, las columnas guerrilleras reingresan victoriosamente a Managua en medio de una explosión de masas. Asume el Gobierno de Reconstrucción nacional y se inicia la Revolución Sandinista.

*La experiencia durará 11 años y las difíciles tareas de transformación se desarrollarán bajo una nueva guerra de agresión dentro de la estrategia imperialista de “guerra de baja intensidad” que socavó las bases materiales del nuevo régimen que soñó Carlos Fonseca. El proceso culminará con una contradictoriamente con una victoria militar sobre la contrarrevolución que devino en derrota política de la revolución. Esto que será objeto de otro análisis, no empaña la epopeya revolucionaria que rescatamos.

Abel Bo

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